Día del niño

La niñez se festeja en este mes de agosto. Creo que todos tenemos el recuerdo del anhelo de este día en el que recibiríamos nuestros regalitos por ser nuestro día, o porque "siempre llevaremos un niño dentro". Luego nos encontraremos con otros chicos para contarnos (¿tal vez, para competir?) lo que nos regalaron.

Esta idea de celebrar un día del niño comenzó hace más de 50 años. El 20 de noviembre de 1952, la Asamblea General de las Naciones Unidas se reunió con la idea de reafirmar los derechos universales del niño, y para que se celebrara en cada país del mundo, que se consagraría a la fraternidad y a la comprensión entre los niños del mundo entero y se destinaría a actividades que desarrollaran el bienestar de los niños del mundo. ¡Qué lindo suena! No vemos que haya habido muchos progresos en este tema.


Lugares comunes

Me gustaría caer en el lugar común de que todos los días son el día del niño. Pero no puedo. Todas las semanas me toca ver a niños que se las rebuscan para tener lo que necesitan para subsistir. Niños con sus hermanitos colgados del cuello que buscan dónde hallar una moneda o que llegan de la manito a algún comedor que les brinde una merienda.

Me gustaría caer en el lugar común de que este día es una celebración al consumismo. Pero no puedo. Me sigue dando cosa (bronca) la parafernalia publicitaria llamando a los deseos de quienes pueden consumir, y dejando a los demás con la "ñata contra el vidrio", consolándose con regalos simbólicos. Los niños no son tontos. Saben perfectamente que la alegría que ven en la pantalla del televisor no se reemplaza con la buena intención de padres que no llegan a fin de mes. Se desgarran los corazones con los bienes multicolores que se ofrecen y, a la vez, se les niega.

Me gustaría caer en el lugar común de que los niños, primero. Pero no puedo. No entiendo que los sectores de poder discutan entre sí por políticas monetarias o aduaneras, afectando los precios de los alimentos que necesitan los niños y los grandes. Un cuarto de los niños argentinos están por debajo de la línea de la porbreza, y lo seguirán estando mientras que los que fijan los precios y los salarios lo hacen según sus intereses mezquinos.

Me gustaría caer en el lugar común de que la culpa es sólo de los sectores de poder. Pero no puedo. Nos preguntamos cómo es que los niños llegan a los niveles consumismo en que piden, piden, piden y nada les conforma. Cómo protagonizan hechos de violencia como los que se pueden ver en las escuelas (y a veces en la televisión). No nacen de la nada. Fijate este video.

Esperanzas

Este panorama es bastante negativo y lejano al espíritu de esta celebración, es verdad. ¿Hay esperanza para los niños? La respuesta es sí. Sí, si hacemos nosotros lo necesario.

No es de esperar que una persona enferma de violencia (como algunos casos que vimos en la propaganda) cambie por la presencia de un chico, pero es posible que tomemos conciencia de los valores que transmitimos con nuestras acciones, que la falta de solidaridad sea cambiada por actos que enseñen por el ejemplo. Es cierto que los adultos estamos metidos en el sistema y no lo cuestionamos. Es hora de que sí lo cuestionemos y pongamos en nuestra agenda de conversación cotidiana en los lugares en los que nos encontremos (trabajos, escuelas, iglesias, clubes, etc.), aunque en principio algunos se opongan porque son temas de "mala onda". No nos sumemos al consumismo en el que nuestro sistema capitalista nos ha hecho nacer y abramos nuestros ojos a otras realidades que están a una mirada de distancia, no más. Podemos aprovechar esta fecha para regalar algo más duradero que el último chiche electrónico o la zanahoria que tienen siempre delante de su vista en las pantallas publicitarias.

Se puede sembrar la alternativa de una vida más solidaria, compartiendo tiempo, charlas, actividades con ellos. Si enseñamos cuando son tiernitos, los valores se injertan de manera de manera tal, que duran toda la vida.

Darío

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno Dario... para reflexionar... este dia del niño, mis hijos no recibiran demasiado en terminos de regalos, pero lo q creo q es importante, el afecto, el estar, el compartir respetando a sus mayores y el sentirse valorados por quienes son, únicos, irremplazables, y dignos de haber recibido el perdon de Dios en sus vidas.
muy bueno el blog...
Gracias por compartirlo por fb...sino no lo hubies visto...Silvana

Marina Monzon dijo...

Muy cierto profe.
que video cierto y triste.

un saludo, que ande bien!